El Museo del Prado en el Templo de Diana.

Para aquellos que aún no se han enterado, ha florecido un jardín de obras de arte en el Templo de Diana, en Mérida. En pleno corazón de la ciudad romana nos encontramos desde el día 17 de febrero la exposición «El Prado en las calles» que está hasta el 15 de marzo y nos hace un pequeño recorrido por las obras más emblemáticas del Museo Nacional del Prado, con fotografía de estas a tamaño real y que claramente no os podéis perder.


Como amante de los museos y aprovechando la #JornadaModaSostenibleExtremadura que tuvo lugar el 18 de febrero en Mérida, en la cual participé como ponente, pasé a ver la exposición y os voy a contar un poco mis sensaciones, es decir, en que va pensado mi mente cuando ve diferentes obras y si de paso aprendéis algo, pues mejor que mejor 😊.


El primer recuerdo que tengo del Museo del Prado será de cuando tenía unos 9/10 años, en un viaje que hicimos a Madrid, mi tía nos llevó a ver varios museos, es cierto, que en mi familia, siempre que hemos visitado algún lugar los museos están dentro de las paradas «obligatorias».


Los dos recuerdos que tengo de esta visita fueron la obra del Greco y el tríptico del Jardín de las Delicias, del cual hablaré mas adelante.


De El Greco, recuerdo entrar en una sala coronada por una pared negra, en la cual se encontraba el cuadro de El Caballero de la Mano en el Pecho, no se si realmente estaba así dispuesto, pero así se quedó grabado en mi mente, también pensé que hombre tan triste era aquel o aquel que lo había pintado, eso hizo clic dentro de mi de alguna manera, de esas cosas que marcan y para mi eso es lo que tiene que hacer el arte.

La verdad, fue un gustazo poder darle mi mano en esta exposición y de alguna forma intentar hacerle ver que no esta solo, es una tontería, pero sentí una conexión muy guay y cercana con la obra.

El caballero de la mano en el pecho.


Lo que mas resaltaría de poder disfrutar de estas obras a pie de calle, a parte del entono, es el maravilloso color, es increíble como se ven los colores de las obras con la luz natural, a pesar de que sean reproducciones fotográficas se pueden apreciar los detalles y su luminosidad de manera increíble.

Santa Catalina de Yáñez de la Almedina.




He de decir que no conocía esta interpretación de Santa Catalina de Alejandría, realizada por Yáñez de la Almedina, o por lo menos no la recordaba, pero si conocía su historia y su imaginario, fue una mártir cristiana dotada de gran inteligencia. Suele ser representada con la rueda y la espada haciendo alusión a su martirio.


En octubre de 2019, hice una reinterpretación de otra obra dedicada al mismo personaje. Fue un montaje fotográfico en el cual «colé» un diseño mío dentro del Museo Thyssen-Bornemisza para el concurso #versionathyssen3, en ese caso haciendo alusión a la obra de Caravaggio que además fue restaurada recientemente.

El Cardenal

Lo cierto es que me hizo ilusión reencontrarme con El Cardenal de Rafael Sanzio, durante mis estudios de Grado, hicimos una actividad muy interesante, cada alumno teníamos que prepararnos una obra, buscando información sobre la indumentaria que aparecía en ella y después exponérsela a los compañeros delante del mismo cuadro en el museo. Lo cual creo que es una de las cosas que me marcó a la hora de examinar todos los detalles de indumentaria y demás que aparecen en las obras.


Ami me toco este personaje anónimo, tan bien ataviado. Ahora os puedo contar de él que va vestido con una muceta, camisia y birrete.


La muceta es la especie de capa corta abotonada, para los cardenales es rojo, para los obispos morada y para el papa granate en los meses de verano y de terciopelo rojo ribeteada de armiño blanco en invierno. Las mucetas son de seda y está en concreto es de muaré, además muy bien representado. El muaré se conseguía aplastando el tejido con las planchas, hasta conseguir esas ondas características.


La manga blanca que asoma por debajo es una camisia, que probablemente fuese de muselina de seda, es una prenda que está en contacto con la piel y es común para todos los religiosos.


También de seda roja es el birrete, llamado también bonete de cuatro picos o bonete español. El personaje lo lleva sin borla pero podría tener una borla, debajo de él y aunque no lo veamos, lleva una especie de gorrito blanco llamado solideo, “solo Dios”, pues solo se lo quitan en presencia de este.


Llega la hora de hablar de esta pedazo de obra de arte, no me refiero al Templo de Diana, que también 😉. Me refiero al Jardín de las Delicias del Bosco, creo que la primera vez que lo vi mi cabeza pensó: pero… pero… ¿qué clase de maravilla es esta? y creo que lo sigue pensando, es de esas obras que hay que tirarse mínimo media hora analizándolo todo y todo es una completa locura con una elegancia, color e imaginación increíble. Y considero que es una obra que te maravilla de diferente forma dependiendo de con que edad la observes. Hay artistas y obras que cuando las veo me da que pensar que maravillas podrían haber hecho esos autores si hubieran nacido en nuestros tiempo tecnológico y hubieran conocido el cine, los dibujos animados, la creación 3D, etc.

El Jardín de las Delicias.

El paso de la Laguna Estigia.


Ahora os voy a hablar de dos obras de las cuales tenía un vago recuerdo, pero que son el ejemplo de por qué hay que visitar los museos, a parte de la información que encontremos en Internet y en los libros. Y lo digo porque me quedé maravillada por ambas y por su belleza en directo. La primera es El paso de la Laguna Estigia de Joachim Patinir, pintura que ilustra al gigante Caronte atravesando la laguna Estigia, que según la mitología griega era era un río infernal que se encontraba entre los campos Elíseos y el Tártaro, lo que en el cristianismo se conocería como el cielo y el infierno.

En su barca Caronte recibía las almas y las transportaba a su destino, el pago por este viaje era una moneda que debía colocarse en la boca del fallecido.

Cuando ví este cuando no se por que razón vino a mi cabeza el estribillo de la canción Espaldas mojadas de Tam Tam Go!



«Voy cruzando el río
sabes que te quiero
no hay mucho dinero
lo he pasado mal»



Así que, por curiosidad busqué el significado de la letra y en realidad habla de la historia de un inmigrante ilegal cruzando el río Bravo, para pasar la frontera entre México y Estados Unidos, arriesgando su vida en búsqueda de un futuro mejor. Y después de saber la historia creo que de alguna forma esta obra, puede representar parte de esa canción, ya que mas de uno pasará con tan solo una moneda del Tártaro a los campos Elíseos. Añadir que también creo que ese tema sigue a la orden den día.

La segunda pintura de la que os voy a hablar y que al igual que la anterior son inspiradas por la obra del Bosco, es El Triunfo de la Muerte de Bruegel el Viejo. Que fue restaurada en 2018 y que impresiona mucho ver en «directo» (recordemos que en esta exposición encontramos fotografías en alta calidad de los originales).

Lo primero que pensé al verla es en el tercer capítulo de la última temporada de Juego de Tronos (quien haya visto la serie ya sabe a que me refiero).

Es de esos cuadros que te recuerda que da igual quién seas o quién creas ser, el fin nos llega a todos, solo hay que pasar la vida, como esta pareja que aparece en una de las esquinas del cuadro, ajena a todo y sin esperar su fin, si no disfrutando de la vida.

Para terminar, añadir que en esta exposición encontramos muchos mas cuadros y algunos de ellos muy famosos como Las Meninas, Las Tres Gracias o varias obras de Goya, aquí decir que las he consultado en numerosas ocasiones para observar los famosos trajes «goyescos».



Aquí encontramos El quitasol que es un cuadro que forma parte de la serie de cartones que realizó para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.

Y mas abajo os pongo esta imagen de Amalia de LLano y Dotres, condesa de Vilches retratada por Madrazo y con ella recordaros la importancia del arte en el estudio de la indumentaria, sobretodo si tenéis pensado pasaros por el Romanticismo de Almendralejo.


Amalia de LLano y Dotres, condesa de Vilches


Para cerrar esta entrada mencionar, que si no me confundo, no vi ninguna obra realizada por una autora, pero no será por falta de ellas, de hecho el Museo del Prado le dedicó una exposición en 2016/17 a Clara Peeters, convirtiéndose así en una de las pocas mujeres pintoras europeas de la Edad Moderna y primera mujer pintora en tener una exposición dedicada a su obra en este museo.

Además, en octubre de 2019, se expuso en el Hotel Emperador de Madrid una fotografía mía inspirada en su obra, en la exposición PRADO|200 organizada por Nagare art projects. Tenéis mas información sobre esto, en la publicación que hice en mi instagram al respecto.

Espero que hayáis disfrutado de este viaje por mis pensamientos 😘😘


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